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No puedo hacer el entrenamiento ¿Qué hago?

No puedo hacer el entrenamiento

No hacer el entrenamiento, no es malo, ni tampoco acabará con nuestra planificación, eso tenlo claro, ahora es menester tener algunos puntos en cuenta.

Una situación constante en la vida son los cambios, y seguro que te ha pasado alguna vez que cuando lo tenías todo planificado para cumplir tus entrenamientos algo ha surgido que no te permite hacer esa sesión que tenías planificada.

En esta entrada vamos a intentarte dar consejos y explicarte que tienes que hacer según cada caso, para que con estas directrices puedas actuar de la mejor forma y que ni tanto el entrenamiento como tu vida personal se vean comprometidas por no ser capaz de dividirte.

La carrera de tu vida

Puede parecer obvio pero no viene de más recordarlo, entrenamos para disfrutar de la vida, no para agobiarnos más en ella.

Por eso es muy importante que nuestro entrenamiento y objetivos estén hechos a nuestro día a día, a las horas disponibles, deportes que practicamos y recursos que tenemos, pues no tiene sentido entrenar bicicleta sin bicicleta ni entrenar para algo técnico cuando apenas piso la montaña.

Por lo que nuestra rutina, y sesiones irán adaptadas ya desde un primer momento a nuestra disponibilidad y a la organización que nos sean más asequibles para poder hacerlo sin marear mucho el calendario.

Costumbre vs imprevistos

Después debemos entender que existen imprevistos que nunca podremos remediar, un trabajo que se alarga, un familiar que se pone enfermo, un amigo al que ayudar, cualquiera de esos imprevistos puedes hacernos no realizar la sesión de entrenamientos.

Pero al igual que la dieta, hay que saber distinguir entre un día y cuantos días son un día, pues en el caso que sean imprevistos constantes merece la pena valorar diferentes aspectos:

-¿Son asuntos necesarios o ladrones de tiempo? Para saber si deberíamos organizarnos mejor o reestructurar nuestro plan de entrenamiento  a una nueva disponibilidad.

-¿Es la motivación o excusas? Algunas veces evitamos sesiones de calidad, porque aunque queramos hacerlas porque sabemos que nos ayudan a mejorar, el cuerpo es cómodo y ahorrador de energía por naturaleza, por lo que nuestra cabeza puede buscar cualquier excusa para no realizar la sesión.

Mejor prevenir que curar

Siempre que podamos predecir que tendremos problemas para cumplir con nuestra sesión, lo mejor es prevenir, para ello podemos jugar moviendo el día con los de descanso, o con sesiones más cortas que puedan hacernos cumplir el entrenamiento.

Como ya sabes, tienes en los tutoriales de la entrada anterior como mover entrenamientos planificados, aunque en muchas ocasiones con simplemente realizar la sesión con autolaps o dejarlo especificado a tu entrenador en los comentarios será más que suficiente.

También una buena solución es hacerlo más simple, reduciendo el tiempo de la sesión o adaptando a las posibilidades que tengamos, porque claro está que mejor hecho que por hacer, aunque no sean dos horas de rodaje, puede quedarse en una, y si no podemos salir al monte por la logística quizás el rodillo nos pueda servir, esto sirve también para mantener el hábito.

En todo caso, no buscarle las tres patas al gato si no podemos hacer una sesión no pasa nada, pero priorizaremos perder sesiones suaves antes que las de calidad o con objetivos específicos. Porque…

Más no es mejor

Es igual de importante realizar las sesiones como hacerlas en las condiciones adecuadas para poder completarlas, con ello nos referimos a que en el caso de tener tiempo, muchas veces debemos priorizar el descanso, realizar entrenamientos suaves o regenerativos de cara a poder estar frescos para las sesiones más específicas o de calidad.

Por así decirlo, no gastar balas cuando no hay ninguna batalla.

Pero tampoco podemos usar pistolas de fogueo, y en ese sentido debemos escuchar a nuestro cuerpo, para saber que si queremos realizar nuestra sesión específica de la mejor forma posible, no deberíamos estar agotados, en ese caso también cambiar la sesión por un día de descanso o una sesión regenerativa que tengamos puede ser también un acierto y un mal necesario, pues la planificación no es un dogma.

En caso de disponer de un tiempo extra, mejor invertirlo en volumen suave, en trabajo sin impacto y en actividades que nos ayuden a sumar puntos extras, pero tampoco nos saquen de nuestra rutina en exceso ni sean motivo de sobrecargas o lesiones.

Conclusión

Siempre nos veremos envueltos en cambios, lo importante es mantener el rumbo aunque el camino sea distinto al planeado desde Tierra firme.

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